Estamos inmersos en la 4ª
revolución industrial, bautizada como “Transformación Digital” ya que
viene derivada de la adopción masiva
y el uso intensivo de las herramientas y tecnologías
digitales (como las Redes Sociales, el Cloud Computing, el Blockchain, la
Realidad Vitual / Aumentada o la Inteligencia Artificial, a modo de ejemplo) en
todos los ámbitos de la sociedad y el día a día de
los consumidores, profesionales y compañías.
Esta transformación digital implica que las organizaciones deberán revisar y redefinir su estrategia empresarial, tendrán que modificar sus modelos de negocio actuales y generar de nuevos, replantear sus procesos de trabajo, adaptar y crear nuevos productos y servicios y adecuar la manera en cómo se comunican y relacionan con sus clientes, consumidores y proveedores.
Esta transformación digital implica que las organizaciones deberán revisar y redefinir su estrategia empresarial, tendrán que modificar sus modelos de negocio actuales y generar de nuevos, replantear sus procesos de trabajo, adaptar y crear nuevos productos y servicios y adecuar la manera en cómo se comunican y relacionan con sus clientes, consumidores y proveedores.
Todos estos cambios conllevarán,
también, una modificación de cultura interna en las compañías, en el modo en cómo sus profesionales se
interrelacionan, comunican y colaboran, entre ellos y con el entorno.
Frente a estos retos, los líderes
empresariales, los directivos y mandos intermedios, tendrán que estar preparados para conducir
a sus equipos y compañías en
esta transformación, por lo que es necesario
que desarrollen sus habilidades directivas digitales, en las diferentes
dimensiones de aplicación:
productividad y seguridad; liderazgo y comunicación;
prestigio y relevancia; o creatividad e innovación,
entre otras.
Estudios como el llevado a cabo desde EADA Business School
nos permite poder radiografiar el nivel de madurez de este colectivo y, sobre
todo, identificar las áreas de
oportunidad para poder proponer acciones de mejora.
El estudio se centró en dos
ámbitos: un bloque más relacionado con la compañía en general y un segundo bloque de
análisis de 40 habilidades digitales y
la madurez de los digitales en cada una de ellas.
En el tercer estudio sobre el Nivel Digital Directivo (España 2018) y a partir de las respuestas
de 395 directivos hemos podido constatar, de entrada, un elemento muy positivo.
En el 54% de las compañías, ya
es “Dirección
General” quién asume el liderazgo de la estrategia digital. Es decir,
hemos interiorizado el alcance transversal de esta trasformación. La visión ya no es solo de producto/servicio/cliente/consumidor
(liderazgo por parte de Marketing y Ventas) o de
aplicaciones/programas/tecnologías
(liderazgo por parte de IT).
Sin embargo, esa toma de conciencia no se está repercutiendo a la hora de constatar
un avance en la definición o
elaboración de protocolos y marcos de
actuación para los profesionales de
las organizaciones en entornos digitales. Seguimos con un 47% de las empresas
que afirman disponer de ellos. Y hemos avanzado, tímidamente, desde el 2015, en las empresas que han
establecido una estrategia de multicanalidad (del 46% al 52%) y en las que
afirman tener un entorno seguro de intercambio de información y/o transacciones con su entorno
(del 63% al 66%).
También
constatamos que la percepción de
los directivos respecto al aprovechamiento las tecnologías digitales, por parte de sus organizaciones, para
mejorar su competitividad se ha incrementado. El 41% considera que existe un
uso alto o muy alto respecto al 36% en el 2015. Y la percepció del uso nulo o básico ha disminuido del 26% (en el
2015) al 19% (en el 2018).
A partir del análisis
de madurez en el uso y aplicación de
las habilidades digitales, constatamos que la evolución de los directivos sigue a la par de hace un año. En promedio, seguimos en un 5.9
sobre 10. Es decir, los directivos están en un
estadio de “Exploración”,
probando y aplicando, puntualmente, este conjunto de habilidades. Todavía no hemos llegado al estado de “Integración” (por
encima del 7,5) y que correspondería a una
aplicación habitual de estas
habilidades.
Si analizamos estas habilidades desde la perspectiva de “alcance” nos
encontramos que los directivos tienen desarrolladas e interiorizadas (7 sobre
10) todas aquellas habilidades de aplicación “individual” (búsqueda
de información, trabajo en movilidad,
acceso a documentos, uso de herramientas de comunicación…).
Destacan, también, en
positivo aquellas habilidades relacionadas con disponer de canales propios en
Internet y el mantenimiento de una red de contactos profesionales en estos
entornos virtuales y la aplicación, por
ejemplo, de procesos adecuados para asegurar el cumplimiento de políticas de protección de datos.
Sin embargo, a diferencia de estas habilidades operativas
(aplicación individual), las tácticas y estratégicas, que corresponden al trabajo en
equipo, la aplicación a nivel de organización y con el entorno están poco desarrolladas o, simplemente,
no se aplican: Equipo (6 sobre 10), Organización (5,1
sobre 10) y Entorno (4,5 sobre 10).
El reto de los directivos está en entender
cómo las diferentes tendencias tecnológicas impactarán en nuestro negocio. Tenemos que aprender a identificar
los indicadores de reputación de
nuestras compañías, competencia y sector y
monitorizar nuestros clientes en la red. También
tenemos como asignatura pendiente saber aprovechar las tecnologías digitales para agilizar los
procesos y actividades “no
estructuradas” de nuestras organizaciones
(trabajo en equipo, colaboración…) y tenemos que trabajar las normas
de comportamiento y protocolo digital en el uso de estas herramientas.
Esta diferenciación de
nivel de madurez entre las habilidades operativas y las tácticas y estratégicas, también se constata cuándo las
analizamos agrupadas por “función” en vez
de “alcance”.
Del análisis
del nivel digital de los directivos, en promedio, se destaca que todas aquellas
habilidades centradas en los aspectos de liderazgo y comunicación (7,3 sobre 10) y productividad y
seguridad (7,2 sobre 10) están interiorizadas
en el día a día.
Las habilidades alrededor de las áreas de compromiso y bienestar (6,4 sobre 10) y
conocimiento y aprendizaje (6,3 sobre 10) se aplican de manera puntual, en modo
exploración. No las tenemos
interiorizadas todavía.
Y, finalmente, todas las habilidades referentes a los
aspectos de prestigio y relevancia (5,3 sobre 10) y creatividad e innovación (4,7 sobre 10) no se están aplicando.
Y esta conclusión es
preocupante, ya que éstas
son las habilidades más
estratégicas y claves para un
directivo: el uso, seguimiento y aplicación de
indicadores de reputación y
marca digital de nuestra compañía,
competencia, entorno y clientes; la identificación de
oportunidades de negocio y transformación del
modelo de negocio debido a las nuevas tendencias digitales y al contexto
digital; y la definición de
nuevos productos y servicios acorde a este nuevo entorno.
Estamos avanzando, poco a poco, pero no podemos ni
relajarnos ni entrar en una situación de
complacencia.
Aún nos queda un buen tramo.
Ramon Costa
Profesor Asociado y Director de Programas. eada business school Barcelona
Project and Change Director. MICProductivity