Un poco de humor, extraido del "Principio de Dilbert" (www.dilbert.org), escrito por Scott Adamns.
(Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. ¿o no?)
El trabajo del líder del equipo se considera a menudo como un trampolín para acceder a un puesto en la dirección.
Ello se debe a que toda persona lo bastante crédula como para realizar un trabajo extra, sin paga extra, se supone que debe tener "madera" de directivo. Dado el estigma negativo del cargo, resulta difícil encontrar a alguien dispuesto a presentarse voluntario para ocupar el puesto de líder de un equipo. La dirección ejecutiva suele verse obligada a nombrar por decreto a un líder del equipo, basándose para ello en las calificaciones siguientes:
- El candidato debe saber preparar gráficos
- El candidato deber ser una forma vital basada en el carbón
El lider del equipo no suele ser una persona que demuestre un talento especial. Esta peculiaridad resulta muy útil para el líder del equipo, especialmente durante las reuniones maratonianas. Aunque todas las personas capaces se sientan molestas y deseosas de poder aplicar sus capacidades en otra parte, el líder del equipo es capaz de permanecer serenamente sentado, satisfecho de sí mismo, perfectamente consciente de que no se va a desperdiciar ningún talento personal.
La palabra "líder" puede ser controvertida en este contexto, puesto que el trabajo de un líder de equipo supone preguntarle a los demás qué deberían estar haciendo, para luego preguntarles cómo lo están haciendo y finalmente culparles por no estar haciéndolo.
Pero el liderazgo asume muchas otras formas y, en ocasiones, ser pesado es exactamente lo que exige la situación.
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