Un líder dirigiendo a Brahms

En la edición de Expansión&Empleo, del 21 y 22 de mayo de 2005, se publicó un interesante artículo de Paddy Miller, profesor del IESE, titulado “Un líder dirigiendo a Brahms”.

En el mismo, Miller explica la experiencia de una actividad realizada en Monterrey y repetida posteriormente en diferentes ciudades (Monterrey, Shagha, Budapers y Nueva York) en la que los participantes evaluaban la dirección de la Orquesta Sinfónica de Monterrey por parte de Félix Carrasco (en Shanghai, el director fuér el músico ruso George Maximi,...).

A partir de este experimento, presenta diferentes reflexiones que he creído interesante compartir en este weblog:

• “Un líder que conoce cada instrumento y a cada músico y que sabe cómo sacar lo mejor de ellos”.
• “¿Proporcionamos a nuestros colaboradores comentarios detallados para que mejoren su rendimiento?
• “Mañana lo haremos mejor. Es la fe que un líder tiene en que su equipo alcanzará niveles más altos en un futuro cercano”.
• “Los músicos confían en que les lleven a una ejecución excelente. Sin líder no hay confianza, y sin esta la interpretación resulta defectuosa”.
• “Los líderes lideran transmitiendo su visión y avisan a sus músicos cuando creen que no están recibiendo su mensaje”.
• “El trabajo del director no es rescribir la partitura (objetivos alta dirección) sino reinterpretarla para su equipo. Durante el cambio, es importante saber si va a ser radical o suave. El director determina dónde hay que poner el acento”.
• “Debo acordarme de abandonar mi instrumento. Olvidarlo. Dejar de tocarlo y empezar a dirigir a mis músicos. El director no puede y no quiere tocar ese instrumento. Su papel es liderar”.
• “Una orquesta está dividida en secciones. Durante la interpretación cada músico tiene que saber qué hace el resto de integrantes de su sección y ésta deber ser consciente de lo que están haciendo los demás”.
• “Los músicos ‘no miran’ al director, pero están pendientes de él.”

En definitiva un conjunto importante de reflexiones a tener en cuenta en nuestro día a día.

¿Realmente somos directores de orquesta o un músico más de la misma que intenta dirigir a sus compañeros?